La portuguesa Dulce Pontes es, sin duda, una voz imprescindible para los amantes del fado y la música en general. Pianista, compositora e intérprete, su exitosa Canção do Mar -editada en todo el mundo en 1993 y una de las canciones favoritas del público- consagró a Dulce Pontes como la renovadora del Fado, tomando así el testigo de la gran Amalia Rodrigues.
Sus increíbles condiciones artísticas, su formación clásica y sus inquietudes culturales, han llevado a Dulce Pontes a recorrer el mundo colaborando con los más grandes artistas de diferentes latitudes. Tras un concierto de la artista portuguesa en el Carnegie Hall, el New York Times escribió sobre ella: "La Sra. Pontes tiene una voz extraordinaria: ácida y comprensiva, delicada y abrasadora, que se extiende hacia arriba como una soprano en el aire". Merece una mención especial su encuentro con el gran Ennio Morricone, fruto del cual se fraguó una intensa amistad y relación profesional de la que surgió en 2003 el gran trabajo discográfico Focus, del que se vendieron más de 300.000 ejemplares, además de las giras mundiales que realizaron conjuntamente.
A Baluarte regresa diecisiete años después de su concierto Dulce Estrella, una propuesta en compañía de Estrella Morente en la que se dieron la mano fado y flamenco.